
La quiropráctica y el sistema digestivo
El sistema nervioso está íntimamente relacionado con el resto de los sistemas. Pero tiene una gran interacción con el sistema digestivo.
El cerebro y el intestino utilizan los mismos neurotransmisores, un ejemplo es la serotonina, esta sustancia se comunica con el cerebro, activándose así los movimientos intestinales, además también se encarga de mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo.
Uno de los canales de unión más importantes entre los dos es el nervio vago, un nervio que ocupa el décimo puesto de los conocidos como los doce pares craneales y que se encarga de enervarla faringe, el esófago, la laringe, la tráquea, los bronquios, el corazón, el estómago, el páncreas y algunas otras vísceras.
Esto lo convierte en responsable de algunos de los síntomas que sentimos cuando estamos nerviosos, como las palpitaciones cardíacas o la respiración acelerada, pero principalmente lo vincula con los órganos componentes del sistema digestivo, en los que incluso se ha detectado la presencia de un gran número de neuronas.
Esta demostrado que cuando tenemos un disgusto o un episodio de estrés o miedo, se produce una alteración en nuestro aparato digestivo diarreas, cortes de digestión, gases… Por eso a veces aparecen estos síntomas puntuales, sin una aparente explicación. Se dice que de alguna manera el estomago es nuestro segundo cerebro, aunque no es del todo correcto, lo que sucede es que ante acontecimientos exteriores puede alterarse y en consecuencia alterar su funcionamiento.
De hecho, algunas de las frases que más utilizamos en nuestro día a día son: “me cayó mal lo que me dijiste”, “no pude digerir lo que pasó”, “lo que escuché me dio dolor de estómago”, etc. Como podemos apreciar, estas frases no solo involucran estados emocionales, sino también malestares corporales. Así que, todo aquello que sentimos pero no sabemos “gestionar»(nervios, enfado, rabia, indignación, angustia…) repercute directamente en nuestro organismo y, en muchas ocasiones concretamente en el estómago. Y es que existe una relación muy estrecha entre las emociones y la digestión. Es por eso que cuidando la alimentación y ayudando a nuestro organismo a desintoxicarse se propicia un claro aumento de nuestra calidad de vida, no solo a nivel físico, sino también en el plano mental y emocional.
En este sentido nuestro quiropráctico Madrid, nos ayuda a restablecer el sistema nervioso y facilita la relajación de este con lo que conlleva una mejora de la gestión del estrés y de las emociones, influyendo en las funciones de nuestro sistema digestivo.
También hay que tener en cuenta que la zona cervical está íntimamente relacionada con nuestro sistema digestivo, pues por esta pasa el nervio vago, del cual ya hemos hablado anteriormente, que lleva la información hacia el estomago. Es el encargado de estimular la segregación de ácidos y de activar los movimientos intestinales durante la digestión entre ellos los movimientos peristálticos, que son los que hacen que el bolo alimenticio pase a través del sistema ayudando a desmenuzar la comida.
Algunas veces en este nervio se producen interferencias por un pequeño desplazamiento de las vértebras, por una disminución del grosor de los discos intervertebrales o por las mismas inflamaciones por lesiones. Todo esto puede producir trastornos de digestión, dolores a la altura del esternón, presión debajo del pecho después de las comidas…..Muchos de estos síntomas no desaparecen con medicación ni con cambios en la alimentación, hasta que no se realiza una manipulación vertebral, y el nervio queda liberado y vuelve a realizar su función con normalidad.
Cuando liberamos nuestra columna y por tanto nuestro sistema nervioso fluye, desaparecen las interferencias que producen los trastornos sobre estos nervios.
Con esto no solo recuperamos bienestar sino que facilitamos un mejor funcionamiento de nuestro aparato digestivo, una mejor absorción de todos los nutrientes, aumentando nuestra energía, por lo tanto nuestra salud y la desaparición de esos síntomas tan molestos