
Después de unas minivacaciones la palabra rutina es una de las más repetidas y oídas. Terminaron las minivacaciones, volvemos al trabajo, nuevamente madrugamos y recuperamos los horarios y actividades habituales. Y aunque muchos se empeñan en dar una connotación negativa a dicha palabra, ¿sabías que la rutina es importante y necesaria?
Rutina y vacaciones son por igual parte de nuestra vida. En ambas situaciones debemos sentirnos felices y satisfechos, de no ser así, tal vez debamos pararnos, observar y cambiar aquello en nuestra vida que nos impide serlo.
El tener unos horarios, unas actividades diarias y en definitiva, una vida organizada nos permite sentir un mayor bienestar tanto físico como emocional, así como aportarnos seguridad y confianza. Además, la rutina es un pilar básico a la hora de lograr nuestros objetivos.
¿Te imaginas levantándote y acostándote cada día a una hora diferente o realizando las comidas cómo y cuándo te parecen? Tu cuerpo no tardaría en descontrolarse, te sentirías cansado y apático. De hecho, desde que nacemos el cuerpo crea sus propias rutinas que sigue de forma natural, sin que seamos conscientes.
Existen determinados hábitos que contribuyen a potenciar tu rendimiento durante el día a día, y por lo tanto, a que tu rutina sea mejor. Te mencionamos algunos:
- Sigue una alimentación e hidratación adecuada y dale especial importancia al desayuno. Por la mañana nuestro cuerpo lleva 8 horas sin ingerir alimentos y tenemos toda una jornada por delante. Comenzarla con los nutrientes necesarios contribuye a tu rutina de forma positiva.
- Haz deporte, mejor antes de ir al trabajo. El ejercicio físico genera endorfinas y harás que afrontes la jornada con más energía y vitalidad.
- Recibe cuidados quiroprácticos. La quiropráctica ayuda a mantener una columna y sistema nervioso sano, fundamental para gozar de una buena salud física, mental y emocional.
- Planea tu día antes de arrancarlo. Por la mañana todo se ve con mayor claridad, y podrás ser más objetivo a la hora de decidir que tareas podrás o no llegar a cabo, priorizando según tus necesidades.
- Tómate un momento personal para la introspección, la meditación y la visualización. Su efecto es similar al de hacer ejercicio físico.
- Haz primero el trabajo duro, dejando lo más liviano o placentero para más tarde cuando la energía ya haya disminuido.
Por supuesto, no se trata de ser un robot con el piloto automático puesto, por ello es importante añadir creatividad a nuestras rutina. Si siempre vas al trabajo en metro, ¿por qué no vas mañana en autobús y observas lo que te rodea por la ventanilla? Si siempre esperas al fin de semana para quedar con tus amigos, ¿por qué esta semana no pruebas a compartir un rato con ellos el martes?
Y recuerda que la rutina también incluye el tiempo de ocio, aquel que dedicamos única y exclusivamente a la recreación.